domingo, 12 de junio de 2011

UNA IMAGEN Y MIL PALABRAS


            De la espléndida serie de estampas de la revolución que nos ha ofrecido el obrero p hay unas cuantas que son especialmente interesantes.  Algunas ya son iconos de esta revolución.  Las dos del valeroso Mosso de Escuadra golpeando con su porra al violento y peligroso parapléjico armado con una flor amarilla son ya famosas y su  hiriente obviedad no merece más comentarios.








            Otra que llama poderosamente la atención  es la de la chica con nariz de payaso ofreciendo  una flor (amarilla) al gorila de la Escuadra. Yo la he titulado “LA BELLA Y LA BESTIA.




Hay imágenes que todos  llevamos grabadas en el inconsciente. Esta foto de la ingenua campista clown me recordó de inmediato esa famosísima foto (emblema icónico del movimiento hippy) de una chica ofreciendo una flor  a los también aguerridos soldados norteamericanos. Quizá nuestra valiente chica catalana quiso inconscientemente emular a aquella heroína del Flower  Power. 


 

   Recordaba de aquella foto (aparte de su perfección y belleza), el contraste entre el gesto decidido pero dulce de la muchacha y la violencia contenida en las amenazantes bayonetas  alineadas de los soldados.




 
    “No era una provocación. Sólo les quería hablar de amor”.
           “No eran máquinas de la guerra, solo era un grupo de hombres obedeciendo órdenes”.


     Ambas frases son de Jan Rose Kasmir, que así se llamaba la chica de la flor contra los fusiles.
He buceado ligeramente en la red en busca de dicha foto y la información pertinente y he descubierto cosas que no sabía. La famosa foto es la mejor, pero no la única, de una serie de fotografías que captan toda la secuencia.









  La escena  según nos cuenta Wikipedia se produjo así:
“El 21 de Octubre de 1967, millares de manifestantes se reúnen frente al Pentágono, en Washington D.C., para protestar contra la guerra de Vietnam. Marc Riboud, que trabajaba para la agencia «Magnum», siguió a una determinada joven que parecía querer colocar una flor en un arma de un soldado de la Guardia Nacional. La joven, Jan Rose Kasmir , tenía 17 años.”




 

La foto (perfecta: toda una obra de arte,) la hizo  un prestigioso fotoperiodista de origen francés Mark Ribaud.

        Al parecer la vida de Jan Rose (nombre muy apropiado, por cierto para una chica que ataca con flores), sufrió turbios derroteros. Se enganchó en las drogas, fue violada y finalmente rehízo su vida en Dinamarca donde vive con su hija y su nuevo marido.

           30 años después de su heroico fotograma Ribaud localizó a Rose y la fotografío en Londres protestando contra la guerra de Irak ¡Estos hippys es que son muy cabezones! 



      
 Creo (pero no puedo asegurarlo), que Jan Rose es la mujer entusiasta que levanta su muleta en la mani de la foto. De no ser ella, seguro que la joven hippy Rose será hoy otra señora ajada, pero con la misma expresión de buena persona que tenía en el 67. No obstante, mejor nos quedamos con la angelical cara de Jan cuando era joven hermosa y valiente, como nuestra encantadora payasa de la Plaza de Cataluña.


Otra foto de las enviadas por obrero p que me ha trasladado instantáneamente en el tiempo y el espacio es la de la señora que se planta delante del furgón de los Mossos de Escuadra impidiéndoles el paso. La he titulado “LA HEROÍNA DE LA PLAÇA DE CATALUNYA” (2011), porque recuerda inexorablemente a la del héroe de Tiananmen. “EL HOMBRE DEL TANQUE” (1989).



 
La señora (está de espaldas, pero por las hechuras y vestimenta no cabe duda de que no es precisamente una jovencita), esta plantada de forma decidida y arriesgada delante del furgón, que (por la posición forzada y violenta de su cuerpo),  cabe pensar que casi la atropella. Esta “maruja” indignada y valiente pretende con su acción cumplir dos objetivos: el primero (que sí consigue) es detener el vehículo. El segundo es hacerles que lean ¿Y comprendan? lo que lleva escrito en un papel que planta ostensiblemente frente a ellos. Me pregunto ¿Cuál será el mensaje que la ”dona” lleva escrito y cuya importancia es tal que está dispuesta a jugarse el tipo por mostrarlo? Me pregunto también si los bestias del furgón, en el supuesto de que supieran leer, (me refiero a comprender lo leído), ¿Habrán hecho el más mínimo caso al mensaje?



Si comparamos ambas fotos hay sorprendentes similitudes y diferencias. En ambos casos los protagonistas de la heroica acción están de espaldas y por tanto, por suerte o por desgracia, han pasado a la historia de forma anónima.  En el caso del Tiananmen se trata  al parecer de un hombre joven vestido  con camisa blanca y pantalón negro. En la Plaza de Cataluña es una mujer de mediana edad, vestida con pantalón rojo y blusa de floripondios. Ella porta un cartel con un mensaje. Él lleva unas bolsas de plástico como las de llevar la compra. Me pregunto ¿Qué llevará en las bolsas tan importante, como para no soltarlas ni por asomo en tan trascendental momento? En el caso de la heroína catalana ella se enfrenta sola al furgón, pero al fondo se observan otros personajes que están contemplando la escena y que parece que acuden a apoyarla. En el caso de Tiananmen en hombre está desoladoramente sólo frente a la columna de tanques. Nadie le ayuda y nadie le ayudará. Nuestros mozos de escuadra son sin duda feroces, pero unos angelitos comparados con sus colegas  de la comunista China.





 Hay varias versiones sobre el destino que tuvo el anónimo héroe de Tiananmen. Los más afirman que fue detenido y ejecutado semanas más tarde de su hazaña (allí no se andan con chiquitas). Otros sostienen que consiguió sobrevivir y escapar y vive feliz en Taiwán.



Última foto. La he titulado “MILES DE AÑOS DE CIVILIZACIÓN FRENTE A FRENTE”.




Me explico: En la instantánea vemos a un fornido y enmascarado antidisturbios catalán (para las autoridades de la gloriosa nación catalana las operaciones de limpieza no se hacen ya con escoba si no a golpe de porra), enfrentado a un flautista. Al fondo, componiendo el encuadre un cartel reza “Estem Indignats". En el suelo, caída cual metáfora de atrezzo, una flor ¡¡¡amarilla!!!

De las posturas corporales enfrentadas e insolentes de ambos individuos se deduce es que se masca la tragedia. El Mosso se me asemeja a un Goliat-Gorila de la selva (“goril” en catalán). Frente a su descomunal  y animalesca fuerza bruta, se erige un delgadito David "perro/flauta". Esta especie de David Carradine (Kung Fú catalán) amenaza con su música (metáfora de toda la cultura acumulada durante milenios de civilización), al supuestamente inculto primate, que oculta su "flauta-porra" tras la espalda.
  La cara del Mosso-Goril no podemos verla por su aparatoso uniforme anti disturbios, pero cabe suponer que será de pocos amigos. La cara del pequeño saltamontes  denota la insolencia del que se sabe portador de la razón y la cultura, pero temeroso a la vez de que el “operario de limpieza” étnica le vaya a soltar una hostia en menos que canta un gallo. De todos es sabido que la música no amansa a las fieras.



PD. Creo que tras ver las recienetes estampas de la revolución es de justicia (espero que estareis de acuerdo conmigo), incrementar el grupo de los obreros de honor con las incorporaciones de los héroes de Barcelona y Sevilla:

Obrero de honor 04. El manisfestante-coplista de Sevilla.  ¡Ay, pena, penita, peeena, peeena! Eso si que es arte y sentimiento y  no el quejido impostado de las folklóricas al uso.

Obrero de honor 05. El parapléjico activista barcelonés, armado con una flor amarilla (falto de movilidad, pero sobrado de coraje),  que fue apaleado por los mossos en su "operación limpieza".

Obrera de honor 06. La "maruja" heroína de la Plaça de Catalunya

Obrera de honor 07. La florista clown ingenua y valiente, émula de Jan Rose.

Obrero de honor 08. El "pequeño saltamontes" flautista catalán.




         

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